Sin considerar el petróleo, la tasa de crecimiento de las compras al exterior se estabilizó en el 30% anual, un ritmo que duplicaría la cifra en tan solo tres años.
El ritmo de crecimiento de las importaciones está realmente acelerado y el acumulado en los doce meses terminados en septiembre alcanzó el nivel histórico más alto con US$ 10.700 millones y una tasa de variación del 37% en el último año. El comportamiento expansivo es generalizado, abarcando bienes de consumo, intermedios y de capital y todas las ramas de actividad económica.
Para ubicar el momento actual con una perspectiva de cinco años, resulta conveniente utilizar el total de importaciones sin considerar las compras de petróleo y energía eléctrica. El volumen de las compras de petróleo y la dependencia de este insumo para la generación de energía eléctrica, hace que el país tenga que realizar un esfuerzo importador adicional en los años de pocas lluvias. Estas fluctuaciones oscurecen el análisis de la tasa de crecimiento. Por ejemplo, en el último año, la falta de lluvias en la primera mitad del año exigió un mayor esfuerzo importador en los rubros energéticos.
En el Gráfico Nº 1 se observa la evolución de la tasa de crecimiento de las importaciones sin considerar el petróleo crudo, sus derivados y la energía eléctrica. En el año a septiembre de 2011 la tasa fue del 32%, un poco inferior a la de las importaciones totales. Al margen de esta corrección lo más relevante es que hace un año el ritmo de variación de las importaciones sin insumos energéticos se encontraba en el orden del 30% anual.
El Gráfico permite distinguir cinco períodos claramente diferenciados que prácticamente coinciden con los años terminados a septiembre del último quinquenio. Entre 2006 y 2007 el crecimiento observado se ubicó entre el 15% y 20%. Hay una fuerte expansión con la burbuja de precios internacionales del año 2008 que mostró tasas de variación tan altas como el 50% anual. Esta burbuja de precios explotó, todos los precios bajaron y se vivió una recesión a nivel internacional que redujo las importaciones de Uruguay en el año siguiente (-17%). Luego de este período contractivo, se observó una recuperación en 2010 hasta llegar a estabilizarse en las altas tasas actuales.
El comportamiento del petróleo sigue a la demanda interna de combustible y a las fluctuaciones de los precios internacionales. A su vez, la demanda interna depende del consumo habitual y la necesidad de UTE para generar energía eléctrica cuando la generación hidráulica no es suficiente. En el Gráfico Nº 2 se ilustra la evolución de las compras anuales de petróleo y sus derivados en dólares. Si bien los máximos de los últimos cinco años se ubican entre agosto y octubre de 2008 con US$ 2.500 millones, hay una diferencia sustancial de precios internacionales y de volumen físico importado.
En el año terminado en septiembre de 2008, el precio promedio del petróleo crudo se ubicaba en US$ 108 el barril mientras que en los doce meses a septiembre de 2011, el promedio fue de US$ 93. Si se corrigen las cifras por los precios promedio se observa que el nivel actual implica un incremento en las cantidades del orden del 8% en relación al año terminado en septiembre de 2008 y, efectivamente, las cifras del Ministerio de Industria muestran que en el último año se importaron 3,3 millones de metros cúbicos de petróleo crudo y derivados, un 9,2% más que en el año terminado en septiembre de 2008.
CONSUMO. El crecimiento del PIB en el último año ha tenido un soporte fundamental en el consumo del sector privado y el impacto sobre las importaciones de bienes con destino económico al consumo final es prácticamente instantáneo. En el último año se compraron al exterior US$ 2.413 millones en bienes de consumo de los cuales el 37% son bienes duraderos. En el Gráfico Nº 3 se observa la evolución de las importaciones anuales de automóviles y de los restantes bienes de consumo duradero. La tendencia es creciente en los dos casos, aunque hay una aceleración espectacular en la compra de automóviles.
En el último año, el país destinó para la compra de automóviles US$ 100 millones adicionales a los que se gastaron en los doce meses terminados en septiembre del 2010. En este rubro, seguramente en 2011, se alcanzará un nivel récord de ventas, promediando más de 4.000 unidades por mes, totalizando alrededor de 50.000 unidades cero kilómetro en el año. De acuerdo a la información de Ascoma, en el año terminado en julio la tasa de variación en la cantidad de unidades vendidas fue del 23%.
Los restantes bienes de consumo registran un aumento del 32% con el impacto de la suba en los precios internacionales de los alimentos. Este incremento refleja una demanda creciente por productos de mayor calidad, en la medida que se abarataron en términos relativos porque el tipo de cambio real bajó sustancialmente. También empuja la demanda la trayectoria ascendente del ingreso de los hogares.
Esta evolución tiene incidencia desde el punto de vista fiscal ya que refleja una canasta de consumo que es creciente y que se inclina cada vez más por componentes que pagan mayor cantidad de impuestos. Por ejemplo, la compra de un auto o un bien duradero tienen mayor carga impositiva y es el anticipo de consumo futuro, muchas veces con endeudamiento. Esto lleva a que la reacción a la baja de la recaudación cuando se enlentece la economía o se ingresa en recesión sea más violenta y los recursos que logra el Estado en la expansión son en buena medida extraordinarios.
INTERMEDIOS. El principal destino económico de las importaciones es de carácter intermedio. Excluyendo el petróleo y la energía eléctrica, los bienes intermedios registran un incremento del 34% en el último año. Estas compras tienen una alta correlación con el nivel de actividad. Por un lado forman parte de los insumos para la producción de bienes exportables y por otro integran la oferta que existe para el consumo interno.
En el Gráfico Nº 4 se observa la tendencia de las importaciones de insumos intermedios excluyendo los energéticos como el petróleo y la energía eléctrica. Luego del descenso de 2009, cuando la crisis internacional, se observa que se retomó el crecimiento con gran fortaleza. En el año terminado en septiembre de 2011 se alcanzaron los US$ 4.368 millones.
La relación con las exportaciones es relevante y de acuerdo al procesamiento de la información que realiza el instituto Uruguay XXI, las importaciones en admisión temporaria aumentaron 35% en los primeros nueve meses del año, totalizando US$ 855 millones.
Otro de los rubros de importación que se destaca dentro de los insumos es el de abonos minerales o químicos que en el último año registra una variación del 90% al impulso de la producción agropecuaria de Uruguay y la región.
INVERSIÓN. La baja producción local de bienes de capital hace que prácticamente toda la inversión en maquinaria y equipos provenga del exterior. En el último año se importaron US$ 1.660 millones en bienes de capital, un 35% más que un año atrás.
El aumento es generalizado pero se observa un mayor dinamismo en el equipamiento de transporte comprado al exterior por el sector privado (54%) y las máquinas y equipos que importó el sector público (se duplican hasta llegar a US$ 218 millones). En este segundo caso sobresalen las compras para la interconexión de la red eléctrica con la de Brasil y las reformas en la refinería de Ancap y una recuperación en las inversiones del gobierno central medidas en dólares. El primero responde a la renovación de flota aprovechando el buen precio relativo de estos bienes de capital y a la ascendente demanda por el aumento en la producción agrícola y forestal.
De acuerdo al análisis de la Cámara de Industrias del Uruguay, la inversión en maquinaria y equipos medida en términos reales creció en toda la economía pero se contrajo en las empresas manufactureras. En el tercer trimestre del año, el aumento general fue del 7% mientras que en la industria registró una caída del 17%. Se trata de una evolución que no llama la atención dada la baja en la rentabilidad del sector debido a la caída que ha tenido el tipo de cambio real.