Tanto en los salarios como en las pasividades se genera una fuerza ascendente que complementa la expansión del crédito
HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN
El nivel de consumo privado está repuntando y ha iniciado el 2010 con mucha fuerza a la luz de los indicadores indirectos que se han divulgado en el primer trimestre. Por lo tanto, en el presente análisis proponemos una mirada a los fundamentos del consumo privado tanto en el mediano plazo desde 2004 (el período de recuperación de la economía) como en el último año. El consumo privado según las cuentas nacionales representó en 2009 el 68% del PIB corriente, siendo el principal componente de la demanda y por ello su importancia sobre el nivel de actividad económica.
El comportamiento del consumo responde a la disponibilidad de recursos financieros que tengan las familias. Por lo tanto, considerando los hogares en forma agregada, la disponibilidad proviene de los ingresos que se generen en el período y de la variación del crédito para el consumo corriente que reciban. A este total de recursos brutos habría que descontar la decisión de ahorro del período, pero ante la dificultad para estimar esta conducta con precisión y el poco peso que tiene en el total, es que nos centraremos en las fuentes brutas de ingreso y financiamiento.
INGRESOS. Esta variable, que habitualmente es medida por el INE en su Encuesta de Hogares, depende de dos principales fuentes: los salarios y las pasividades. Para ambas miraremos los precios y las cantidades que conforman el valor total. Al mismo tiempo, cuando agregue información se hará la distinción entre Montevideo y el Interior del país.
Mirando el total de los hogares del país el ingreso promedio aumentó 37,4% entre 2005 y 2009. Es algo superior a la variación del PIB en el mismo período (34,5%). La distribución ha favorecido al Interior urbano del país puesto que en el mismo período el incremento fue de 51,6% contra 30,9 de Montevideo. En el Gráfico Nº 1 se observan las tasas de variación anuales del ingreso real de los hogares durante el último quinquenio y el estimado para el primer trimestre del año.
Respecto al comportamiento en el corto plazo hay una dificultad para la comparación derivada de un cambio en los criterios para la elaboración de la estadística. De todas formas, la comparación de los números presentados por el INE para enero y febrero del 2010 arroja un incremento del 3,3% respecto al primer trimestre del año pasado. Esta vez el aumento fue superior en Montevideo (4,4%) que en el Interior urbano (2,7%).
Sobre la base de la misma encuesta se puede apreciar la evolución de las principales fuentes de ingresos en términos de valores promedio por perceptor. Los salarios y las pasividades registran variaciones similares en el mediano plazo (42,6% y 41,2%), mientras que los ingresos de actividades por cuenta propia y los correspondientes a los patrones solamente aumentaron 22,2% y 17,1% en el mismo período. En los dos casos hay variaciones superiores en el Interior urbano que en Montevideo, pero son marcadas las diferencias en el caso de ingresos salariales ya que registran un aumento del 57,1% en el Interior y del 36,4% en Montevideo.
EMPLEO. Además del ingreso salarial por perceptor, es posible que haya aumentado el número de empleados que reciben un sueldo. En tal sentido, el INE informa que la tasa de empleo pasó del 50,8% de la población mayor de catorce años en 2004 a 58,6% en el 2009. Si se toma en cuenta que en dicho quinquenio la población aumentó cerca del 3%, entonces se puede estimar que hay un aumento de 18,8% en el total de empleados.
En el Gráfico Nº 2 se presenta la evolución de la tasa de empleo promedio anual para los últimos cinco años. Se trata del porcentaje de la población con catorce o más años de edad que está trabajando. Como se observa, hay una fuerte recuperación desde los finales de la crisis del 2002 y se ha estancado en el orden del 58% en los tres últimos años.
De esta forma se concluye que en el inicio del 2010 la tasa de empleo se mantiene estable, por lo que el aporte reciente al consumo privado no proviene de las cantidades y debe corresponder básicamente a la evolución salarial.
El otro componente de ingreso relevante es el conjunto de pasividades. En este caso hay un aumento en la cantidad de pasivos del 1,4% en el corto plazo que contrasta con una tendencia decreciente de mediano plazo. En efecto, la comparación del promedio del 2009 con el promedio del 2004 señala una caída del 0,2% en el total de pasividades. Hay dos fuerzas que confluyen en esta evolución: a) las corrientes migratorias de los setenta y ochenta reducen el volumen de nuevas pasividades en relación a las que se dan de baja por fallecimiento; b) la reforma de 1995 aumentó los requisitos en edad y años de trabajo e incentivó la postergación de la decisión de jubilación. Si bien estas tendencias se van atenuando, también hay que considerar que en los últimos años se han introducido modificaciones de política previsional que facilitan el retiro de los afiliados y que tendrán impacto sobre el ingreso de los hogares por un lado y sobre las finanzas públicas por otro.
Los hogares tienen más ingresos salariales y también reciben transferencias por pasividades crecientes, con lo que existe un sustento del crecimiento del consumo privado. Para el 2010 se espera que el nivel de empleo no registre grandes variaciones y solo un leve incremento en la cantidad de pasividades.
En cuanto a los incrementos unitarios en el salario promedio y la pasividad promedio ya se observó un fuerte ajuste al alza en el comienzo del año. En el caso de las pasividades, deberá enfrentar la pérdida de poder adquisitivo que ocurra a lo largo del año que se espera converja hacia el objetivo de 5%. En ese caso nuestra estimación es que la pasividad promedio del año va a superar a la de 2009 en términos reales en un 5%. Por su parte, se espera que con los ajustes de julio se observe un incremento de la misma magnitud en los salarios reales. En este sentido, el consumo tiene un piso de aumento del 5% por el lado de los principales componentes del ingreso corriente de los hogares.
CRÉDITO. El stock de crédito bancario que reciben las familias se ubica en febrero del 2010 en US$ 3.062 millones, principalmente en moneda nacional (corriente e indexada). Es difícil lograr una comparación que involucre flujos. Se pueden comparar los stocks en distintos momentos pero se necesita que las estadísticas sean comparables. Por otro lado se pueden ver las nuevas operaciones activas que se concretaron en cada mes.
Si se analizan las nuevas operaciones concretadas en el período de seis meses corridos hasta febrero del 2010 se observa que hay nuevos créditos por $ 11.015 millones. Por su parte si se observa la cifra para un período equivalente pero un año atrás el valor registrado fue $ 10.042. En términos reales, corrigiendo por la inflación entre los dos períodos se tiene que el nuevo crédito es un 3,1% más alto que el que se estaba otorgando un año atrás.
Por lo tanto, se comienza el 2010 con un empuje adicional por el lado del crédito bancario. Toda esta información hace pensar que el PIB en el 2010 tendrá un motor de demanda interna en el consumo que compensará el freno en la fuerte tendencia alcista que ha mostrado el gasto público. En forma preliminar se está observando más fuerza en el crecimiento de Montevideo que en el Interior urbano a diferencia de lo que ocurriera desde 2004.
Ruben A. Redaelli
Despachantes de Aduana en Uruguay
Fuente: El País Digital
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